miércoles, 3 de marzo de 2010

La Conjura de los Amargos


Miles de hombres y mujeres se lanzan a las calles diariamente con una sola misión: contagiar una terrible y desoladora epidemia. La amargura. Se los identifica por su expresión poco feliz y desagradable. Miran fijamente, hacen algún comentario desalentador y si tienen suerte y agarran a uno con la guardia baja ya tienen otro contagiado. Este clan de los amargos se expande queridos amigos, se expande sobre manera, con algún propósito macabro y difícilmente descifrable. Se camuflan detrás de expresiones como “que poca seriedad” o “eso no es gracioso”. Te miran fijamente y listo, sin darte cuenta pasas a sus filas. Ya son muchos, están ganando las calles, los negocios, las panaderías, los lavaderos de autos y de los otros, las charlas de mostrador, los kioscos y como es muy notable ya ganaron los bancos y tienen grandes planes para los circos. Se mueven silenciosamente, son muy racionales y saben cuando sonreír (por compromiso y para pasar desapercibidos) se infiltran angelicalmente en el personal de alguna oficina o algún Colegio pasan por “simpáticos” esperan que se junte un grupito de gente que puede estar hablando tanto de física quántica como de alguna estupidez, te miran fijamente o hacen algún comentario amargado y listo. Ya fuiste. A sus filas sin escala. Se alimentan de felicidad y la esperanza del resto, la traducen en más amargura para engordar las filas y que la tierra sea inhabitable. Además, reafirma el experto en amargos, suelen comer grandes cantidades de yogur o vinagre antes de empezar el día de reclutamiento. Solo queda, para nosotros, saber detectarlos, alejarnos, cubrirnos con el diario en el tren y mirar para otro lado, al menos hasta que encontremos la forma de combatirlos o reconvertirlos. Este humilde y absolutamente insignificante narrador pudo escapar de sus garras varias veces, sobre todo cuando intento desentramar esta gran conspiracion infiltrandose en la sede central, en un primer piso a la derecha sobre una avenida (que prefiere mantener en secreto por su propia integridad) en Ramos Mejia. El propósito de instalarla en ramos debe haber sido la buena ubicación y la rápida salida a la general paz. Queda entonces resistir a los amargos, vinagre y darles batalla para que las calles se llenen de gente agradable y mucho mas interesante.

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