lunes, 3 de mayo de 2010

Los Pedigüeños


La ciudad parsimoniosa y casi premonitoria se despierta del letargo nocturno. En aquella parte rodeando la vieja terminal las calles grises y repletas de basura se desperezan para enfrentar otra jornada, un nuevo día que insiste. Los miserables de siempre revuelven, tristes y desesperanzados mendigando algo de pan viejo o los restos de comida medio masticados de un basurero de alguna cadena de comidas rápidas. Con la ropa rasgada y manchada revuelven los restos del capitalismo. Miran fijo y como compadeciéndolos a los acartonados oficinistas, vestidos del mismo color y con el mismo traje barato que seguramente pudieron arañar en alguna oferta masiva o algún outlet del conurbano.

El gusano de metal oxidado y dividido en vagones desbordado de obreros y oficinistas, estudiantes y jubilados llega a la estación terminal, ruidosa y repetitiva. Descarga la masa humana que al salir se fracciona en individuos independientes que corren tras sus obligaciones. Medio cansados, medio muertos. Algunos tratando de esquivar la miseria detrás de una melodía trasmitida por un par de auriculares. Otros mirando para delante sin bajar la vista o tapándose con un diario. Como hormigas automáticas se arrojan casi corriendo, mirando sus relojes, por el hall de la estación, los que todavía están en el sistema. Como un campo minado, o un secreto vergonzoso se multiplican los chiquitos, lamentos del sistema, pequeños mendigos sin infancia, que intuitivamente manotean billeteras, se ríen entre ellos, piden moneditas o simplemente se quedan congelados como estatuas en miniatura esperando la orden de su superior para cazar algún portafolio.

Como un fiel gesto de obscenidad, de hipocresía despreciable pasa por la estación algún auto lujoso y alemán, conducido por un flamante ladrón y cretino insaciable dedicado a aumentar impunemente sus cuentas bancarias y sus propiedades en barrios privados. Ocupando un puesto, elegido por la dictadura del dedo y el acomodo de otro ladrón y cretino no Educado. Orgulloso de su viveza y astucia para las coimas y algunos negocios. Pero de saco y corbata. Mira con desprecio a los negritos pedigüeños, por que pedirán?, tendrán hambre? Se pregunta mientras dura el semáforo. El no tiene la culpa. Como va ser culpable si a el lo acomodaron en el puesto que ocupa. Apenas termino la primaria, pero para los billetes es rápido. No le importa la democracia, ni el bien del país, ni nada, es cuestión de salvarse y apurarse a engrosar las cuentitas bancarias. Hasta que se corte. Practica la hipocresía pero no sabe lo que quiere decir. Los negritos pedigüeños, muy lejanos para el, se quedan en una esquina a la expectativa de alguna jugosa billetera. Cruzan frente al auto alemán decenas de hombres que enfilan hacia sus obligaciones, quien sabe, entre alguno de ellos seguro habrá alguien con buenas intenciones y sacrificado, inteligente y Educado que pudiera cambiar algo desde algún Ministerio, pero mientras tanto el cretino engrosa su billetera ya impune y no se despega de la caja.

Los negritos, cansados pero con astucia se acercan al auto, como una joya brillante y le piden algo. El monigote acelera con asco. Pero sobre todo indiferente.

viernes, 9 de abril de 2010

La Conjura de los Chinitos


Al no encontrar nada abierto el hombrecito se dirigió al supermercado chino más cercano a su domicilio. Hacia poco que lo habían inaugurado y la limpieza del lugar dejaba mucho que desear. El olor a podrido era casi insoportable por lo que el visitante tuvo que llevarse un pañuelo a la nariz.

Los dueños, como maniquíes amarillos de un poco mas de un metro sesenta se congelaban en posiciones estratégicas para vigilar que el hombrecito no se robara nada. Mientras el visitante dudaba que comprar o trataba de elegir algo cuya fecha de vencimiento estuviera mas o menos al día. Los chinos miraban y cada tanto escupían frasecitas en monosílabas inentendibles. El hombrecito se hacia el distraído pero de reojo los observaba. Mientras tomaba lugar esta persecuta al nuevo cliente, como en un desfile chino del barrio homónimo, caminaban casi danzando prolijamente por los pasillos, acomodando mercadería, galletitas y latitas de conserva varias generaciones de chinitos enviados por sus mayores. Los chinitos acomodaban y también espiaban. Se estaban entrenando en el negocio familiar. En cuanto el visitante se movía un milímetro, disimuladamente los chinitos pasaban por al lado, con el carrito lleno, bloqueándole el paso. El hombrecito, ya medio nervioso, les sonreía con desconfianza y los chinitos lo miraban con cara de nada. Esto lo asusto un poco. Se dio cuenta que, además de vigilarlo un grupito de chinos y chinitos, había dos o tres cámaras de seguridad seguramente fabricadas en aquel pais asiatico que giraban para un lado y para el otro. Pero solo cuando el se movía. Ya bastante alterado, el hombrecito decidió despistarlos, camino ligero hacia un costado y, mientras, tras el escuchaba los pasos de los chinos y chinitos. Se paro en el stand de pan lactal y se quedo quieto. A esas alturas el olor era terrible y ya no le servia el pañuelo para cubrirse la boca. Definitivamente había algo raro, probablemente se lo confundían con algún inspector de limpieza que les habría cerrado algún local. Algo que, dadas las condiciones de ese emporio comestible y oriental, hubiera sido correcto. Como ultimo recurso, pregunto algo a uno de los chinos, parecía ser el dueño y se lo notoba algo alterado. El chino dijo, en un español vergonzoso, no entender. “Por que no aprenderán bien el idioma estos…”. Pensó el nuevo cliente.

Decidido, el visitante ofuscado, agarro dos paquetes de galletitas y un frasco de mermelada. “Si me quieren hacer algo, se los tiro”. Volvió a pensar.

Camino con firmeza por el pasillo hasta la puerta principal, esquivando chinos, chinitos y mirando camaras de seguridad. Estaba en inferioridad de condiciones, era muy petiso y en una mano llevaba las galletitas y el frasco pesado y la otra la tenía ocupada con el pañuelo en la nariz. El olor , ya muy fuerte a esas alturas, lo estaba dejando nock out. Se le cruzo un carrito justo a unos pasos de la puerta principal, los chinitos lo atacaron, en medio de la lucha noto horrorizado que estaba cerrada. El olor lo adormeció, se mareo y se tropezó. Lo último que recordó fue ver a una china, bastante fea y muy amarilla sonriendo triunfal desde la caja.

Cuando se despertó, estaba encadenado en el fondo del supermercado. Lo habían secuestrado. Desde ese momento “tenia que cambiar las fechas de vencimiento a una montaña de productos ya vencidos”. Sonriendo, en un español perfecto, le informo el dueño del supermercado.

martes, 6 de abril de 2010

El Oficinista.


El oficinista, cansado, gris, alternadamente mediocre y rutinario se sento frente al escritorio. Frente a los mismos papeles. La misma contabilidad, tediosa y absurda, alejada de la vida y las pasiones. Lo más revelador y angustiante era que, efectivamente, ya como un robot, él mismo, el ser humano estaba dejando de serlo. Estaba lejos de la pasión y el amor. Se estaba convirtiendo en un engranaje mas de la gran maquina despiadada, la sociedad con gusto a plástico o con gusto a nada. Puso una mano sobre el helado escritorio de metal, como su existencia sin sentido. Y empezó a sellar más y más burocracia. A desempolvar pilas de papeles que le habían quedado de la semana anterior. En un instante de lucidez pensó en desempolvarse el mismo pero enseguida acallo aquel pensamiento subversivo. No se podia equivocar y diferenciarse del resto de sus compañeros, oficinistas absurdos y contables. No habia lugar para los riesgos en su castigo rutinario. De repente, escucho un murmullo, algunos engranajes (compañeritos oficinistas) se pararon y saludaron. Era ella, hermosa y de misteriosa mirada. De rostro perfecto. Tímida y algo nerviosa como suele ocurrir el primer día de cualquier cosa en la vida, atravesó la deprimente oficina con su mirada y la depósito en él, que estaba en el fondo. Ella le sonrío. Al oficinista se le acelero el pulso y se olvido, se quiso olvidar felizmente de sus papeles, de los sellos y del polvo de su frágil y tediosa existencia.Por un instante, que duro casi una eternidad, había dejado de ser un engranaje. él también sonrío. El oficinista, empezaba una metamorfosis hacia la vida misma. Ella era perfecta y humana.

miércoles, 3 de marzo de 2010

La Conjura de los Amargos


Miles de hombres y mujeres se lanzan a las calles diariamente con una sola misión: contagiar una terrible y desoladora epidemia. La amargura. Se los identifica por su expresión poco feliz y desagradable. Miran fijamente, hacen algún comentario desalentador y si tienen suerte y agarran a uno con la guardia baja ya tienen otro contagiado. Este clan de los amargos se expande queridos amigos, se expande sobre manera, con algún propósito macabro y difícilmente descifrable. Se camuflan detrás de expresiones como “que poca seriedad” o “eso no es gracioso”. Te miran fijamente y listo, sin darte cuenta pasas a sus filas. Ya son muchos, están ganando las calles, los negocios, las panaderías, los lavaderos de autos y de los otros, las charlas de mostrador, los kioscos y como es muy notable ya ganaron los bancos y tienen grandes planes para los circos. Se mueven silenciosamente, son muy racionales y saben cuando sonreír (por compromiso y para pasar desapercibidos) se infiltran angelicalmente en el personal de alguna oficina o algún Colegio pasan por “simpáticos” esperan que se junte un grupito de gente que puede estar hablando tanto de física quántica como de alguna estupidez, te miran fijamente o hacen algún comentario amargado y listo. Ya fuiste. A sus filas sin escala. Se alimentan de felicidad y la esperanza del resto, la traducen en más amargura para engordar las filas y que la tierra sea inhabitable. Además, reafirma el experto en amargos, suelen comer grandes cantidades de yogur o vinagre antes de empezar el día de reclutamiento. Solo queda, para nosotros, saber detectarlos, alejarnos, cubrirnos con el diario en el tren y mirar para otro lado, al menos hasta que encontremos la forma de combatirlos o reconvertirlos. Este humilde y absolutamente insignificante narrador pudo escapar de sus garras varias veces, sobre todo cuando intento desentramar esta gran conspiracion infiltrandose en la sede central, en un primer piso a la derecha sobre una avenida (que prefiere mantener en secreto por su propia integridad) en Ramos Mejia. El propósito de instalarla en ramos debe haber sido la buena ubicación y la rápida salida a la general paz. Queda entonces resistir a los amargos, vinagre y darles batalla para que las calles se llenen de gente agradable y mucho mas interesante.

martes, 2 de marzo de 2010

Country o Barrio cerrado



/argentinismo/. Palabra originalmente inglesa asociada a una pequeña comunidad de “gente acomodada” ubicada al costado de una autovia de alto transito. El prestigio socio-económico de comprar un terrenito en estos lugares es directamente proporcional a la ubicación del mismo. No es lo mismo comprar uno en la ya, diría, celebre “zona norte” que en algún otro lugar que no sea la mencionada y casi mítica región. Se clasifican en muchos términos, están los countries enormes con dejos ingleses, cancha de golf y algún que otro asesinato mediático y muy evidente sin resolver. Estos habitualmente son de un costo muy excesivo. Es Impensable que uno de estos lugares no tenga un “sitio de reuniones” o “club house”, palabra, esta ultima, pronunciada por la mayoría de sus habitantes, sobre todo los que tienen aires muy elevados, arrastrando la letra "s" alevosamente. Para el visitante o aventurero que se lanze a estas pequeñas aglomeraciones debe tener cuidado por la cantidad de ricos venidos a menos o sobre todo políticos desesperados que anidan allí, estos tienen fama de excelentes mordedores de yugulares y dispuestos al ataque de cualquiera que no pertenezca a su estirpe. En los countries suelen habitar personas de todo tipo. Los ya famosos “piojos resucitados” (Expresión infaltable dentro de la compleja clase media). También podemos encontrar otra facción no tan conocida: los integrantes de una clase media (que desea ser alta y no puede) y que, a costa de cualquier cosa, sobre todo de las altas expensas del country o barrio cerrado, quieren ostentar su residencia en el corralito exclusivo al costado de la autovia. A consecuencia de esta excesiva sed de pertenencia por parte de esta clase, en la mayoría de los casos, llegado un momento, ya no pueden costear mas los gastos que implica un lugar de tal envergadura y muchas veces, a fuerza de desalojo, deben abandonarlo trágicamente. Las lagrimas y el pesar al no poder pertenecer a una estirpe superior que juega golf y bebe vino añejo y del bueno no se hacen esperar para estos desdichados. También, estos barrios cerrados o countries suelen estar habitados por los verdaderos ricos o los viejos ricos, de estirpe patricia o apellidos compuestos, estos suelen ser los más modestos y menos ostentosos, además de residir en el lugar los fines de semana (Propósito original del country o Corralito de oro o Barrio cerrado). A diferencia de los viejos ricos, “los piojos resucitados” y la ya nombrada “facción especial de la clase media que quiere ser alta y no puede”, estos dos últimos mas que nada por algún tipo de letal “mandapartismo” y por no poder costear una casa en un barrio cerrado solo para fin de semana, suelen residir de manera permanente en el corralito donde todo es mas lindo, el pasto es mas verde y las mujeres, como debe ser, son mas rubias.

sábado, 27 de febrero de 2010

Trabajo


Actividad de cualquier naturaleza que demande un esfuerzo, la mayoría de las veces, agotador para el trabajador o condenado a realizarlo. Con excepciones, suele ser poco o nada placentero. Por alguna macabra razón productiva, sobre todo del que somete a los demás trabajadores o esclavos, para que esta actividad sea desplegada en todo su esplendor el pobre humano que la ejecuta tiene la obligación de levantarse temprano siendo esto para muchos mortales un castigo indescifrable. Dotados de algun tipo de memoria genética natural y de supervivencia, sobre todo en las grandes urbes capitalistas, el trabajador (o sometido) naturalmente quiere dejar de serlo y pasar a otro estado evolutivo y no hacer nada o rascarse a cuatro o cinco manos según mas le convenga. Solo unos pocos pueden cumplir con su memoria natural o genética y dejar de trabajar; la mayoría a costa de otros mortales menos despiertos e incurriendo en conductas reprobables, otros dejandose llevar honestamente por un romanticismo latente y los demás con un golpe de suerte.

lunes, 22 de febrero de 2010

Beso


Acción, habitualmente apasionada, de unir ambos labios al unisono y de manera consentida (aunque hay excepciones). Durante el beso (que puede ser largo o corto, humedo o seco, aunque el mas convencional es este ultimo) se intercambian fluidos, movimientos, pequeñas convulsiones de pasion y chicles beldent (esta marca es la mas recomendable por ser un chicle chiquito).Cosas como el ajo o las anchoas son enemigos declarados del beso, en cambio, mejor tener cerca elementos como el enjuage bucal o el infaltable chicle.
Hay diferentes categorías de besos, hay piquitos, llamados así por adecuar los labios de tal manera que nos haga recordar al pico de una pequeña ave, hay besos interminables donde pareciera que las dos personas se intentan masticar mutuamente (en este estadio uno de los amantes no pierde la oportunidad de deslizar la mano por algún corpiño u otra prenda intima). Y están finalmente, los besos de lengua o Franceses, estos suben la temperatura corporal de ambos amantes rápidamente y son una excelente oportunidad para hacer una limpieza bucal casi perfecta de las dos bocas involucradas en la contienda amorosa o sexual.

sábado, 20 de febrero de 2010

El Tunel. Sabato.


Primer Libro (Novela) de Sabato. Especificamente es una "Nouvelle" o una Novela corta. Es un Libro intenso y apasionado pero "seco" y salpicado desde el principio hasta el fin de la lógica y los razonamientos de Juan Pablo Castells, el Personaje principal, un Artista Plástico que sufrió toda su vida el hecho de no poder comunicarse con los demás. Asi, Castells, tiene una existencia complicada y en soledad. Angustiado por no poder comunicarse pinta cuadros en su taller hasta que en una exposicion conoce a una mujer (Maria Iribarne) quien se queda un largo rato observando uno de sus cuadros. El Pintor se interesa desesperadamente por esta situación al ver a Maria observar con tanto interes su cuadro. Al fin alguien podia llegar a comprenderlo. A partir de este punto esta Novela magnifica se adentra en la mente angustiante, calculadora y hasta egoísta de Castells que desesperado busca a Maria y la encuentra, terminando con el asesinato de ella. Lo que mas me impresiono del Libro es la lógica seca, implacable y eficiente del Pintor que justifica en todo momento el por que de sus acciones y reacciones desmedidas. Llegando hasta convencer al Lector de las justas razones de su crimen. Acciones que van desde lo mas absurdo a lo mas cerebral y razonable. Es un Libro para leer muchas veces y disfrutar de la lógica pura de un Pintor asesino.

sábado, 30 de enero de 2010

De porque soy Híper Progresista.


Soy Híper Progresista por que creo en una sociedad que evolucione. En una sociedad que sea más tolerante. Por que creo absolutamente en las libertades del hombre, que sea capaz de Pensar, actuar y sentir Libremente. Por que creo en la democracia y aborrezco las dictaduras que no hacen otra cosa que cercenar las Libertades, cercenar el pensamiento e imponer dogmas primitivos y violentos. Dogmas temerosos de lo nuevo.

Soy Híper Progresista por que acepto las diferencias y rechazo toda manifestación que les tema por el solo hecho de ser diferencias.

Soy híper progresista por que creo en la democracia del progreso puro y las libertades a flor de piel, de la moderación de algunas posturas archidogmaticas y tajantes.

Soy Híper progresista por que creo en la democracia y en la utopia que desemboquen en el progreso y el pensamiento, en la discusión de ideas y no en las armas o en los bombos o la caja.

Soy Híper progresista por que prefiero romper estructuras y recetas caóticas y formalmente suntuosas y aparentemente inmejorables para darle forma a estructuras mas plásticas y cambiantes, que despierten desconfianza entre los hipócritas o ignorantes y soberbios, fascistas y estupidos.

Soy Hiper progresista por que creo en el progreso y las diferencias.

viernes, 22 de enero de 2010

Elogio a la Ociosidad


Con mucho desprestigio entre ciertos hipócritas o supuestos súper hombres multifunción el ocio es criticado, defenestrado y precariamente relacionado con lo negativo y lo abyecto. “El ocio es la madre de todos los vicios, repiten algunos hombrecitos o viejas “intachables” desde un pedestal mal hecho o con algunos clavos flojos.

Desde este modesto y casi aceptable blog vengo a elogiar casi con fanatismo al ocio. Reivindico su función tan vital y necesaria, aquel que quiera tirarse en el pasto a contemplar el ritmo vertiginoso y en general sin sentido de una ciudad moderna bienvenido sea. Que cada uno lo administre como se le de la gana o como se le canten las pelotas, el que piense que el ocio es un fin en si mismo y lo elija para hacer nada, descansar o pensar le va estar dando un uso sumamente respetable y cómodo. El que quiera gozar del ocio como un medio, y por ejemplo lea un buen Libro mejor todavía, seria infinita la lista de Artistas, Filósofos, Escritores, Pensadores y hasta duros hombres de ciencia que han hecho un uso “racional” del ocio y como producto de eso le dejaron y le dejan a la humanidad, el Guernica, algún Libro trascendente, una pintura de otro mundo o algún descubrimiento practico y positivo...

Ese desprestigio con el que muchos rotulan al ocio lo debe haber empezado algún grupo de eficientistas que no les convenía que el mensaje se propagara por toda la tierra y la gente pensara más, se defendiera más y se revelara. Basta ver que paso en el renacimiento Italiano.

El ocio (ese primo lejano mucho mas mejorado de la vagancia) en el mejor sentido puede llegar a ser (como dije antes) lo mas productivo que haga un ser humano, escapándose del ritmo acelerado, angustiante y letal del ritmo capitalista moderno



The United Provinces of River Plate


Esos hombrecitos, de ojos azules y sangre imperialista, piratas y brillantes para los negocios coloniales y las revoluciones industriales estuvieron por todo el planeta. Sometiendo, conquistando, negociando (no tanto) pero por sobre todo colonizando. Hoy todavía se ven los rezagos Británicos en algunos países ya independizados y con identidad propia. En aquella población donde predominen los ojos claros, la piel pálida y los cabellos dorados acompañados con un elegante acento ingles, ahí estuvieron los anglos. Australia y Canadá denotan el gen británico. Países más o menos ejemplares, ordenados y progresistas, ya independientes, apenas tienen en cuenta o se acuerdan de aquella islita nor europea de donde vinieron sus antepasados, por el solo hecho de portar un apellido como Harris o Robinson.

Ni nosotros nos salvamos de las intenciones Inglesas e invasoras. Acá vinieron, parece que dos veces, y los echamos. Con aceite caliente o con agua hirviendo (que era más barato) los criollos, esa mezcla de gaucho con no se que, resistieron y el capitán Beresford se tuvo que ir, silbando bajito.

Defendimos la patria que poquito después se gestaría y también la corona española. Después nos independizamos (de España) y en vez de aprovechar esta tierra bendita, inagotable fuente de recursos y de corruptos funcionarios y Ministros, país que siempre esta por fundirse pero nunca se funde hicimos un desastre.

¿Que hubieran hecho cada uno de los valientes criollos que heroicamente defendieron su tierra (esta tan maravillosa) si, en el instante exacto de la llegada de los piratas de dudosas intenciones hubieran tenido acceso a algún tipo de bolita de cristal o maquina del tiempo que les mostrara el desastre que se venia en los siguientes siglos de historia argenta? ¿Se hubieran preocupado tanto? Hasta por ahí los recibían con empanadas de humita y cambiaban de los gallegos a los piratas…

Tal vez hoy éramos un país, soberano, anglosajón (como quería Alberdi) ya independiente. Un Canadá, pero en Sudamérica.



martes, 1 de septiembre de 2009

Mi adiccion al running


Deporte, ejercicio liberador. No solo del cuerpo también del espíritu y del alma (son la misma cosa?). Adictivo como pocos. Naturalmente, cada uno tiene una dispocision para hacer algo y que esto lo complete en muchos sentidos.Hay que intentar encontrar cual es, por eso no a todos les gusta correr o al menos lo encuentra tan agradable. Correr es liberador, desestresante, sumamente placentero y paradojicamente energizante. Desde las primeras zancadas hasta el nudo de la carrera y sobre todo al final donde de manera casi poética las endorfinas y la euforia convierten el cuerpo en energia pura, energía que quema y renueva y se renueva a si misma. Para llegar al momento culmine u orgasmo del corredor donde al detener la marcha siento un estado contradictorio de relajación eufórica y velocidad inmovil.